Lo admito, a veces repito cosas
en más ocasiones
que gotas de lluvia
se retienen en las nubes,
esas que mojan febriles
palomas y halcones
bebiendo la realidad marchita
en el estanque azul
de mis emociones.
Lo admito.
Repito lo que quiero
y aguanto de la vida
el reproche del tiempo
repitiendo cada noche
el mismo sueño;
diferentes dioses
por el mismo templo.
Hoy mismo dudaba de mi espejo
pero al fin creo que estoy vivo
más o menos despierto
y observo con paciencia
los malditos sillones
en fría piel de injerto
y color verde-anciano,
sillones que esperan
raídos, agrietados
en mi fría residencia…
y nuevos amigos
esperando historias recientes
de vital adolescencia.
Mis amigos me dicen que me repito.
Lo admito, a veces repito cosas
pero la culpa es suya,
o tal vez mía,
repitiendo despertares
día tras día… tras día.
me dejan, se van
sin aviso, de repente,
el hueco vacío en su sillón
color verde-anciano
el silencio, intermitente
que se adueña del espacio
año tras año… tras año,
por el fuego crepitando,
el cajón de recuerdos
de par en par abierto,
esos viejos recuerdos
que en ocasiones repito
en ese espacio infinito
entre el eco del miedo
anunciando mi derrota
y el universo del olvido
envolviendo mi voz rota.
(JMPA Pink Panzer)
Triste y precioso poema.
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Es la parte menos amable de la vida. Alzheimer y Párkinson se han cobrado un alto precio en mi familia… Por más vivo que intentas sentirte, a veces no puedes evitar imaginarte en ese estado, olvidándote incluso de tu nombre. Tienes razón, es un poema triste pues nació de mi tristeza más profunda. Graciñas especiales por comentar precisamente aquí.
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Graciñas a ti por compartir esto tan duro. Un beso enorme J.
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