«TODOS LOS CAMINOS SON DE HUIDA Y VUELTA»
(Elvira Sastre – Traductora, poeta y escritora)
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Cuenta la leyenda que en el Reino de Korps, los colores rompieron el orden humano y abrazaron arcoíris negros, la lluvia perforó los campos de Petrikor con gotas de afilados sueños y su metálico aroma a rosas de acero, llenó de versos el frío invierno de Korps.
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La gente huía a mi espalda. El día se volvió de un amenazante gris oscuro y empezó a llover, lento pero con fuerza, con enormes y enfurecidas gotas de agua que intentaban clavarse en la piel de mis hombros. El mar seguía en calma. Solo un mínimo oleaje lamía con sus tímidas ondas mis tobillos. Miraba al horizonte mientras la lluvia arreciaba y la soledad me invadía con su invisible abrazo. No hay nada como una buena tormenta de verano para que, en pocos minutos, se ponga en marcha a toda una playa llena de veraneantes ávidos de sol y agua… salada.
Como otras veces en mi vida, tomé una gran piedra de las muchas que adornaban aquella playa de Galicia y me adentré en el mar y apoyando aquella piedra en mi vientre, inspiré profundo y me dejé hundir hasta tocar con mi espalda la arena del fondo, a dos metros escasos de mis ojos.
Pocas, muy pocas serán las ocasiones en las que la lluvia visite tu piel desnuda, quizás nunca… y nunca es una palabra de corteza muy dura cuando llega para dejarte sin opciones de enmienda. Entonces, reflexionando sobre la concreta situación que describo, si te encuentras en una playa, te bañas en sus aguas, te mojas y luego… ¿sales huyendo con la lluvia?
Plácidamente recostado sobre mi lecho de arena, el espectáculo de la lluvia golpeando la superficie del mar es hipnotizante, una droga efímera como el aire de mis pulmones durante los dos primeros minutos… Eso es lo que, para mí, hace aún más intensa la experiencia… fugaz e inesperada y si no la tomas cuando llega, te lo perderás.
La salida del agua no es menos interesante. Tras unos minutos de lluvia repiqueteando sobre la seca tierra de labor que rodea la playa, un intenso aroma a tierra mojada me invade y toma al asalto todos mis sentidos… Petricor, una hermosa y sonora palabra para nombrar lo indescriptible, un aroma que ya es parte imborrable de mi existencia.
(JMPA Pink Panzer Yorch – En tierras de Petrikor)
En las leyendas que hay en el reino de Korps, donde se puede abrazar arcoiris de cualquier color y en esos maravillosos mares donde las gotas de lluvia perfuman el aire y dejan en su mente el recuerdo de petricor para siempre, ahí en ese sitio, es donde creas las más bellas historias que vuelan por los mundos de cada ser que te lee.
Mi querido Pink tus historias son tan vívidas que nos dejas percibir ese aroma, ver la superficie del mar desde el fondo y es así como comprendo que estar en el fondo también puede no ser tan malo, pues siempre me quedará esa opción de vislumbrar el color del cielo distorsionado por el agua, pero apreciando el bonito azul mezclado con el sol.
Gracias por estas maravillosas historias de un viajero del mundo y de los sentimientos.
Un besiño.
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Todos sabemos que los caminos fáciles no son los que suben y se complican sorteando riscos por la montaña y la persona que escoge el fácil, la tranquila vereda por el valle, muchas veces jamás sabrá de los paisajes, los amaneceres, el sabor de la nieve cuando arrecia la sed o la mano amiga que firme te sujeta para superar un obstáculo complicado… Hundirse, para saber lo que es salir a flote, ayudar porque sabes lo que es sufrir, no dejar de sentir porque conoces cuanto daño hace la indiferencia…
Gracias, querida Yvonne por tus comentarios tan hermosos y cargados de vivencias… Deseo que todo te salga bien, y ese «todo» despierte y sean tus ojos lo primero que vea cuando salga a flote.
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Hay veces que de tanto subir altas montañas y cruzar ardientes desiertos en busca del Santo Grial, llega un momento en el que me paro en medio de la nada y me pregunto: ¿para qué?
¿realmente merece la pena?
Después, si encuentro una señal por diminuta que sea, saco fuerzas y sigo.
Esas, estas manos amigas que voy encontrando son las que me ayudan y me dan impulso.
Por todo esto, los amigos, familia y esfuerzos sumados, es por lo que pienso que hay que mirar tu cielo desde el fondo, sintiendo la arena del mar y con la certeza de que no todo se queda hundido.
Sé que al salir a flote, con esa lluvia fría en mi cara, lo mejor será saber que petricor marcará mis recuerdos.
Buenas noches mi querido y buen amigo🌹
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No sé si cuando vamos es que huimos. Quizá sí. He oído la lluvia sobre el mar y te aseguro que ese repiqueteo solo ha hecho que busque de vez en cuando días nublados y vuelva. Te ayuda a saber salir y secarte. Abrazos de domingo.
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Me alegra encontrar a una persona que le gusten como a mí, esos días grises de lluvia en la playa y tienes razón en eso que comentas sobre el sonido de las gotas de agua golpeando contra el mar… adictivo, ¿verdad?
Besiños agradecidos directos a tu corazón…del mar.
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Pink, amo tu mundo rosado. Gracias por esta entrada, hermosa y lógica. Siempre me ha parecido un absurdo salir de la playa cuando llueve. Mi madre me obligaba. Estaba segura que un rayo caería en el mar y quedaría electrocutada. Y ahora que tu lo dices, me alegro saber que no solo yo he pensado en quedarme y desafiar a los rayos.
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¡¡¡¡Y yo, querida Mel, amo tus comentarios…!!!!
Por fortuna aún eres joven así que, no desperdicies la próxima ocasión en que la madre naturaleza te regale un día de lluvia y playa… Mezclar lo que a priori nadie combinaría… Cocina fusión le llaman ahora…
Mil besiños desafiantes e inmunes a rayos y truenos.🌹🌹🌹
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Igual a ti, querido. 🙂
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Estoy en una etapa de mi vida, quizás la última, que huyo de todo lo que no me aporta, huyo de querer quedar bien con todos y a la vez perder mi libertad.
Me encantan los días de lluvia y el olor a tierra mojada.
Un abrazo.
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Nos hacemos mayores, querida Virgo y cada vez amamos con más fuerza pero a menos gente… Maduramos y elegimos con mimo donde y con quien invertir (que no gastar) nuestro valioso tiempo y libertad.
Un abrazo de regreso a tu casa.
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Este verano me pasó, fueron tan solo cuatro gotas pero me gustó la sensación, me quedé con ganas de más… Así que seguiré esperando esa tormenta que me deje satisfecha. La playa quedó casi desierta en cuestión de cinco minutos.
Lo que no haré es sumergirme con una piedra en el pecho, uffff, ¡qué horror! con el miedo que tengo al agua profunda. Mis sensaciones fuertes son mucho menos elaboradas, como vivir cada día.
Hay infinitos aromas almacenados en el disco duro de mi memoria, como se guardan los recuerdos, aromas que acompañaron instantes de mi vida, algunos de ellos aún me despiertan sensaciones especiales y el olor tras la lluvia es uno de ellos.
Besiños, Pink, sé feliz.
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Que bueno coincidir en el disfrute de esas sensaciones de la lluvia en la piel. Si te quedaste para ver la playa desierta es que eres de mi equipo, el que no sale corriendo cuando las cosas se ponen «chungas»…
Lo de la piedra tampoco es para tanto. No te la pongas en el pechito que te vas a hacer daño. Yo la pongo contra el ombligo y el agua me da por el cuello, tampoco busco zonas profundas porque dejaría de ver bien la superficie y el bonito piedro es para mantenerme quieto en el fondo, porque ¡¡¡floto como un corcho!!!
Muchos besiños, Estrella y por favor, no tengas miedo, yo seré tu mantita mágica con la que te arropes por la noche y nada malo te pasará, en serio😂😂😂😂
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Creo que alguna vez lo he dicho, le tenía mucho miedo a las tormentas desde niña. Recuerdo a mi abuela mandándome alejarme de la ventana cada vez que había una y hablar de fulanito o menganito que le había matado un rayo…
Pues bien, cuando mis hijos eran pequeños, recuerdo una fuerte tormenta, estábamos los tres en casa, cuando empezaron los truenos nos acurrucamos en el suelo, en el rincón más alejado de la ventana. Entonces recapacité, ya no era una niña, era una madre y debía portarme como tal y no contagiarles mi miedo. Así que me levanté, cogí a los niños y los tres estuvimos viendo la tormenta tras el cristal, mientras les explicaba que después del relámpago iban a oír el trueno y que era una cosa normal. Desde aquel día miré las tormentas de otra manera, y conseguí que mis hijos no tuvieran ningún miedo en el futuro. Ni yo.
Muchas gracias por arroparme por la noche, dormiré tan tranquila y feliz como un bebé, jajaja.
Besiños.
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Precioso ese recuerdo con tus hijos, Estrella. Los miedos existen solo para superarlos y cuando lo haces, esa sensación de fuerza no se olvida jamás.
Y bueno, espero que tengas puesto el pijama más bonito que tengas porque me paso a arroparte en un plis plás…!!!! Vale, y te leo un cuento….
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Nunca duermo con pijama… una de las costumbres de mis tiempos de internado, no nos dejaban y luego no me he acostumbrado, el pantalón me molesta.
Tus cuentos tienen que ser muy interesantes, me temo que me costaría dormir, me gusta mucho escuchar…
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Vaya, me pasé de listo… Suponía que como en Burgos estáis en plena glaciación usarías pijama… en fin, pues nos parecemos mucho más de lo que creía, pues yo tampoco uso pijama. Yo voy a la piltra desde hace muchos años en modo «free»… no explico más.
Vale, te arropo y me voy que nos liamos con los cuentos…
Buenas noches, amiga Estrella.🌹🌹🌹
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Buenas noches, G.Pink, que descanses.
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Una de las sensaciones más intensas es justamente esa de dejarse mojar por la lluvia en verano, descalza, dejando que toda la fuerza de la naturaleza te empape por dentro y por fuera. Y ese olor a tierra mojada…
Todas, sensaciones para vivir en la piel y en el alma salvaje. Besos Pink, te extrañaba.
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Pues si ya has probado esa sensación, poco o nada queda por añadir…
Alma no se si tengo pero salvaje si que he sido, pero a ratos sueltos, con moderación…
Besiños, querida poeta… ¡¡¡Que bonito extrañarse..!!!
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