Konstantín Tsiolkovsky, uno de los pioneros de la astronáutica rusa, nos dejó a todos un poderoso mensaje:
“La Tierra es la cuna de la humanidad, pero no puedes quedarte en la cuna para siempre.”
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La excepcional casa fue desarmada bloque a bloque para reconstruirla en otro lugar y días antes, en la complicada mudanza, el rosal se quedó atrás. No fue por muchos días el olvido porque mi madre y yo reparamos a los pocos días en su ausencia pero, fue el tiempo suficiente para que ni siquiera mi balcón estuviera presente en el triste esqueleto de lo que había sido durante tantos años, nuestro hogar.
Ella, la mujer que durante más de cuarenta años me ha estado acompañando en este viaje, arrolladora musa que agita el cóctel rosa de mi propia existencia, a su lado, por tierra y mar, volando lejos con su sueño a mi alma conectado, aquí, ahora a mi lado, descansando en la calidez de nuestro sofá, a un abrazo de distancia… mi mejor poesía es el verso perfecto en el que ella ha transformado mi existencia.
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– L’oubli –
Abrazo la rosa
y la sangre brota
se cae del balcón
dulce, desarmada
sin rencor, sin perdón
piel perfumada
casi abandonada
a la desilusión…
Ahora lo sé
La sangre brota
si abrazo la rosa
si cada mañana
rompe el miedo
que me contiene
entre sus raíces
y tres pétalos rosas...
cuerpo, alma y mente
se unen de repente
en un solo corazón.
Abrazo la rosa
flor, luego musa
que todos persiguen
en verso y prosa.
Sí, abrazo la rosa
y es rosa el olvido
el dolor tardío
en el que vivo,
por Ella, el origen
el balcón del sueño
y la casa sin dueño
y el sueño de un crío…
de olvido malherido.
Sí, hoy te abrazo
abrazo la rosa
mi reina…
y mi diosa.
(JMPA Pink Panzer Yorch in love)
«Si eres capaz de recordarme, no me importa si las demás personas se olvidan de mí.»
(Haruki Murakami)
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