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Luscofusco… abrazo en calma.

«Hay profundas grietas en mi corazón que, aún sin curar, dejan pasar la luz de sol, una luz que ilumina a esas otras emociones que me convierten en lo que soy.«

(JMPA Pink Panzer Korps – La libreta en mi mesilla)

La primera historia.
Tuve la gran oportunidad en mi vida de crecer desde muy pequeño en la gran casa familiar de mis abuelos, donde las mujeres fueron con diferencia, las que más influyeron y moldearon para bien, el niño que fui, la bomba adolescente que surgió más tarde y a la persona que aún hoy, con su recuerdo, siguen dando forma a lo que soy.
Mi madre, mi abuela, mi tía y segunda madre Esther, mis otras tías, mis dos hermanas, también mis primas mayores que yo… mujeres y más mujeres. Así acabé aprendiendo (eran otros tiempos, lo sé) a coser, hacer ganchillo y calceta pero sobre todo, aprendí a no tener vergüenza en recibir y demostrar el cariño, el amor por otras personas.

La anécdota celta.
Para los antiguos celtas, el número nueve era un símbolo de buena suerte. Quizás sea esta la raíz de la tradición o ritual del baño o salto de las nueve olas que se celebra en Galicia, mi tierra natal, en plena playa de La Lanzada por las mujeres que quieren quedarse embarazadas o que estando ya en cinta, quieren llevar a buen puerto la gestación de una nueva vida.
La noche de San Juan y en la Romería de Nuestra Señora de la Lanzada en el último fin de semana de agosto son los dos días, los dos atardeceres mágicos que convierten la playa de La Lanzada en un hervidero de gente en el que pasé algunos de mis mejores veranos.

El experimento.
Sergio y yo fuimos compañeros de clase en aquel oscuro colegio de curas desde primero hasta octavo de la EGB, el curso en el que, dolorosamente nos separamos. Nos convertimos también, en los «dos experimentos» de unos sesudos evaluadores de mentes que, cuando estábamos finalizando el cuarto curso, consideraron que teníamos un nivel más elevado de lo normal y directamente nos mandaron al año siguiente a sexto curso, sin pasar por quinto… eso sí que fue un puente y no el de la Constitución. ¿Se imaginan a esos dos chavales dentro de una clase de «grandes» desconocidos ávidos de bromas sobre los dos «cerebritos» recién llegados?.
Aun hoy en día, mi hermana pequeña me sigue llamando «cerebrito» de forma cariñosa aunque evidenciando bastante bien hasta qué nivel de influencia llegó aquella fase en mi vida.

Luscofusco.
Ni Sergio ni yo conseguimos hacer amigos en aquel inhóspito «sexto A». Nuestra venganza llegaba siempre con nuestras notas en cada evaluación, la única oportunidad que teníamos de volar más alto que aquellos cabro… alumnos. Los recreos apenas cambiaron. Nos reuníamos en el campo de futbol con nuestros antiguos colegas del curso anterior y así trascurrió todo hasta finalizar octavo.
La lengua gallega en aquellos años del franquismo católico y apostólico, estaba muy arrinconada, casi proscrita en las ciudades y perseguida a pescozones en nuestro colegio. Pocos éramos los que manejábamos el gallego y nosotros dos, gracias a nuestras familias, convivíamos con los dos idiomas sin ningún problema.
Jugábamos con «palabras clave» para ponernos de acuerdo cuando estábamos en clase sin que los «hostiles colegas» de curso se enteraran de nuestras intenciones.
Luscofusco era una de ellas. Significa atardecer en gallego, cuando la luz empieza a dejar paso a las sombras. A la salida de clase, bastaba una sola palabra, luscofusco, para acordar reunirnos en el taller de mi abuelo al terminar con la tarea del colegio.

Los abrazos.
Sergio era un niño de abrazos especiales. Lo supe muchos años después. Nunca tuve reparo en mantener sus largos abrazos cuando nos reuníamos o incluso al darme algún beso furtivo en la mejilla cuando, emocionados, nos veíamos tras una ausencia más larga de lo normal. Era un comportamiento tan habitual en mi casa que ponerlo en práctica en mis días de colegial, consiguió grabar a fuego en mi ser una forma diferente de afrontar lo diferente… y, ahora lo sé, Sergio sufría siendo «diferente» en aquel colegio con el férreo e inflexible control de unos curas/profesores al borde mismo de la represión. Distintos, pero iguales… En unos años tan difíciles, los dos juntos conseguimos sobrevivir con pocas cicatrices que lamentar.

La luz entrando por las grietas.
Sergio nació un día nueve del mes de septiembre, noveno mes de nuestro calendario. Bromeábamos con la «suerte doble» del «doble nueve» de los celtas y el salto de las nueve olas que escenificábamos entre risas en su cumpleaños hasta que, la venta de la casa de mis abuelos con la consiguiente diáspora familiar, añadiendo los años de instituto y más tarde los años de academia en el ejército, hizo que nuestros caminos se separaran por completo.
En los funerales de mi hermana mayor, en medio de aquella desolación en nuestra gran familia, una mirada imposible de olvidar apareció en aquel tanatorio. Unos apellidos muy poco comunes en una esquela y dos o tres mensajes intercambiados en una red social con la mano azul hicieron que alguien cogiera su coche y recorriera casi doscientos kilómetros para… estar ahí, donde se tiene que estar.
Más de cuarenta años sin vernos… nos dimos un enorme, largo y sincero abrazo y al fin me dijo:
En el colegio, tus abrazos de llenaban de calma, me daban paz… espero poder devolverte hoy aunque solo sea un poquito de la paz de tú me diste, amigo…
¿Existe alguna manera más bonita de ofrecer tus condolencias a alguien a quien respetas?

Epílogo. La felicidad infiel.

Felicidad Infiel
Llega disfrazado de invierno
el frío del silencio en mi piel
y muere de felicidad infiel
enredando en mí el silencio
de una mesilla y su cuaderno
.

La felicidad va y viene. Debe ser así pues de lo contrario, no apreciaríamos su llegada abrasadora o el abrazo frío y vacío de su ausencia. En la libreta de mi mesilla de noche he viajado en el tiempo muchos años atrás y he sonreído al casi no reconocer mi caligrafía de aquellos años… y he añadido alguna arruga más a mi corazón al leerme, recordarme, dolerme también, pues la memoria, en ocasiones me traiciona dejando parte de mí comprimido y olvidado entre dos hojas de papel teñido de involuntaria amnesia… y encontré la página que buscaba y fui feliz recordándote.

Ne regrettez jamais quelque chose qui vous a fait sourire.
«Nunca te arrepientas de algo que te hizo sonreír...»

Ladrón de versos… Poeta sin ruido.

«Me da miedo que la muerte conmigo se quede a medias.»

(JMPA Pink Panzer Korps – Tiempos y espacios)

Nunca digas siempre –

Seré yo que por más quererte
apago mi vida, de amor ciego
seré yo que solo tu amor quiero
a salvo en mi interior retenerte
.

Y los días son rosas
y las rosas estrellas
en manos rebeldes
de caricias curiosas
.

Los nunca son siempre
un juego en tus labios
versos hechizados
buscando tu vientre.


Y seré yo que por protegerte
mantengo mi vida de amor lleno
lleno con tus colores el infierno
y en llamas regreso de la muerte…

con el color de tu piel entre mis dientes.

(JMPA Pink Panzer Yorch – Tiempos de rosas, tiempos y espacios )

Los «nunca» son siempre ladrones de versos.

(JMPA Pink Panzer Yorch – L’oubli interdit.)

Dibujo by Diego.

«Inevitablemente, esta adicción sin freno por vivir, acabará matándome»

(JMPA Pink Panzer Yorch – Extracto de «Destinos inevitables de Pink»)

Pink Lady… Ginebra Korps…

Konstantín Tsiolkovsky, uno de los pioneros de la astronáutica rusa, nos dejó a todos un poderoso mensaje:
“La Tierra es la cuna de la humanidad, pero no puedes quedarte en la cuna para siempre.”

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Que a Pink Panzer le gustan las rosas, no es ningún secreto y es una pieza fundamental y recurrente en sus/mis poesías… Lo que nunca llegué a contar es la razón que inclina esa pasión hacia sus pétalos y espinas. Las rosas a todos nos recuerdan la vida, la de cualquiera que me lea y se sienta identificado, y la mía en particular por lo mucho que me toca también.
La vida en rosa, hermosa muchas veces, frágil en ocasiones y efímera siempre, por mucho tiempo que consigas mantenerte vivo.
En el segundo piso de nuestra casa familiar, en el balcón de mi inmensamente luminosa habitación, un rosal esperaba paciente en su macetero a que un pequeño humano le llevara el agua que tanto necesitaba para vivir. El ritmo lo marcaba mi madre en el amor por el cuidado a los detalles, incluidas las necesidades de los más indefensos, como un rosal atado sin remedio a la minúscula tierra que una maceta, por grande que sea, apenas puede proporcionarle.
El momento que puso una afilada espina en mi vida, llegó como un incómodo cuchillo marcando la página de mi libro de lectura sobre a mesilla azul de mi habitación. Los días de conmoción transcurrieron durante el cambio de casa al que nos vimos forzados. Aquella hermosa vivienda familiar, construida con gruesos muros de piedra gallega fue vendida junto con la finca que la rodeaba. Mis abuelos tomaron aquella, sin duda alguna, dura decisión para avanzar, subirse a la ola del progreso de nuestra querida Pontevedra y con el beneficio de la familia como único objetivo en mente. Pero aquello nos llevó también a separarnos, tres ramas familiares buscando un nuevo techo, nuevo barrio donde vivir, nuevos amigos…
Pink Pachamama
La excepcional casa fue desarmada bloque a bloque para reconstruirla en otro lugar y días antes, en la complicada mudanza, el rosal se quedó atrás. No fue por muchos días el olvido porque mi madre y yo reparamos a los pocos días en su ausencia pero, fue el tiempo suficiente para que ni siquiera mi balcón estuviera presente en el triste esqueleto de lo que había sido durante tantos años, nuestro hogar.
Parecerá una tontería pero, para mí, aquel rosal sabía de mi existencia tanto como yo sabía de la suya y, en mi pequeña mente de chaval casi adolescente, me imaginaba los sentimientos de mi rosal en aquellos tristes días, abandonado a su suerte en aquel balcón, con la destrucción a su alrededor, el polvo, la sed y su desolador sentimiento de miedo y abandono, incapaz de huir, condenado por sus propias raíces… y mi olvido.
Todo aquello me hizo daño, el sentimiento de culpa y más aún, la visión espectral de nuestro hogar, destripado piedra a piedra, casi irreconocible frente a mis ojos. No lo sabía entonces pero dos pinceladas de color rosa ya estaban tiñendo mi destino…

Ella, la mujer que durante más de cuarenta años me ha estado acompañando en este viaje, arrolladora musa que agita el cóctel rosa de mi propia existencia, a su lado, por tierra y mar, volando lejos con su sueño a mi alma conectado, aquí, ahora a mi lado, descansando en la calidez de nuestro sofá, a un abrazo de distancia… mi mejor poesía es el verso perfecto en el que ella ha transformado mi existencia.

SAMSUNG

– L’oubli –

Abrazo la rosa
y la sangre brota
se cae del balcón
dulce, desarmada
sin rencor, sin perdón
piel perfumada
casi abandonada
a la desilusión…

Ahora lo sé
La sangre brota
si abrazo la rosa
si cada mañana
rompe el miedo
que me contiene
entre sus raíces
y tres pétalos rosas..
.
cuerpo, alma y mente
se unen de repente
en un solo corazón.

Abrazo la rosa
flor, luego musa
que todos persiguen
en verso y prosa.

Sí, abrazo la rosa
y es rosa el olvido

el dolor tardío
en el que vivo,
por Ella, el origen
el balcón del sueño
y la casa sin dueño
y el sueño de un crío…
de olvido malherido.

Sí, hoy te abrazo
abrazo la rosa

mi reina…
y mi diosa.

(JMPA Pink Panzer Yorch in love)

«Si eres capaz de recordarme, no me importa si las demás personas se olvidan de mí.»

(Haruki Murakami)

Nota de Pink, palabra de Panzer: Cóctail Pink Lady es un famosísimo combinado con base de ginebra, granadina y clara de huevo.
GINEBRA‘ found in these entries In the Spanish description: canecagin tonic

Entre la nada… Tiempo de solitud.

Lo único que se necesita para que el mal prospere, es que las buenas personas no hagan nada… y el mal, ávido de almas esclavas, se crece entre la nada.

(Uniendo una idea de Edmund Burke y… Pink Panzer Korps)

Enfermo de amor.

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© Pink Panzer Korps

   En una lejana ocasión, siendo alumno de cierta academia militar, una carta llegó para congelar de golpe el presente y futuro de uno de mis más cercanos compañeros de pelotón.

   Perdidos en las alturas de los Pirineos y en la cuarta noche de maniobras, Roger, mi amigo y compañero de tienda de campaña, no regresó a dormir. Horas antes ya sabía que algo no iba nada bien. Esa misma tarde, los encargados de la estafeta repartieron el correo y él fue uno de los pocos «afortunados» que recibió el habitual sobre blanco lleno de sellos y matasellos con su nombre escrito a mano. Aún siento nostalgia por aquella forma tan bella de comunicarnos y es algo que sigo practicando en ocasiones especiales.

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© Pink Panzer Korps

   A Roger ya no lo vi en la cena. Extrañado y preocupado, me quedé por fuera de la tienda esperándole, mientras el frío empezaba a congelarme los pies dentro de mis buenas botas de Infantería de Marina.
Mentir, un verbo que no se conjuga nada bien dentro del ejército. Mentimos en el recuento de retreta, peor aún, en una arriesgada cadena de favores, dos compañeros me cubrieron en el engaño y salí del campamento a cara o cruz, con la sola intuición de haber pasado una parte de nuestro pequeño tiempo de descanso al borde mismo de dos atardeceres, fotografiando juntos un pequeño lago alimentado por el deshielo de la nieve que se acumulaba en la cara norte de la montaña. Una hora antes de la media noche me puse en marcha hacia el lago pero, lo que a la luz del día no era más que un paseo de media hora, por la noche y bajo la tenue luz de una luna aún creciente, el camino me llevo algo más de una hora. Parte del tiempo lo invertí en dejar marcas en puntos complicados para poder regresar sin equivocarme entre sendas y pedregales… ya saben ese bonito refrán que sentencia que para un gato, todas las noches son pardas… o algo así.

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© Pink Panzer Korps.

   Por fortuna para los cuatro implicados en aquella nocturna locura, Roger estaba allí y no le culpo. Si algún lugar merecía ser el altar para sus lágrimas, aquella maldita roca en el culo del mundo era una seria candidata al puesto de honor. Desde aquel mirador natural podíamos ver el lago, como una inmensa hoja de acero reflejando la cortante luz de la luna, un hipnotizante espectáculo que calmaría a cualquier corazón herido. Sí, sin duda aquel era el mejor altar disponible en cientos de kilómetros a la redonda.

   No hubo palabras. Me acerqué rompiendo el silencio que nos rodeaba tropezando con mis botas en el pedregal que dormía bajo mis pies. Él rebuscó al instante en el bolsillo izquierdo de su pantalón y me entregó un papel de carta fuertemente arrugado. Allí mismo, con mis dieciocho años y él con veinte, una lluvia de realidad nos golpearía a los dos llorando por una novia que se quedaba con cinco años de vida comprimida en un sobre.

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   De acuerdo, nada es para siempre y el amor fue un trozo de hielo entre sus cuatro manos. Frío y escurridizo en la distancia, alguien se olvidó de la lealtad que su pareja se merecía después de acompañarse durante más de un lustro. El caso es que solo quedaba un jodido y miserable mes y medio, cuarenta y cinco días para terminar nuestro primer año de academia pero su novia decidió zanjar la relación con una Epístola a los Romanos...

   Ayudado por la vacilante llama de mi Zippo, conseguí leer aquella docena de líneas de pulcra, cursiva y casi perfecta caligrafía. Doce, solo doce renglones bien alineados para decirle a mi amigo que… ya no le quería, que la distancia lo enfriaba todo, que el ejército no era el futuro que ella deseaba… y un escueto y quirúrgico «lo siento» tallado en tinta de hielo negro como única despedida al final de la carta.

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© Pink Panzer Korps.

   No voy a engañar a nadie. A mis dieciocho años yo no era ningún experto psicólogo capaz de reconducir aquella situación. Yo escribía poesías desde los diez años. En aquellos momentos tenía decenas de libretas llenas de versos hablando del amor, del desamor, de mil cosas que en aquella condenada noche no me servían para nada. Recurrí al más crudo y básico de los chantajes. Ya habría tiempo más adelante para la poesía …

– Roger, amigo, no te quiero agobiar más de lo que ya estás pero nos estamos jugando la expulsión de la academia, tú, yo, Paco (nuestro jefe de pelotón que mintió «sin novedad» en el recuento nocturno) y el cabo de la patrulla de guardia al que le deberé favores hasta el final del curso. Lo de tu novia ahora mismo no se puede arreglar pero no dejes que todo nuestro esfuerzo de este año se vaya a la mierda. Somos cuatro compañeros que tendremos muchos problemas si nos descubren… Venga, Roger, vámonos al campamento y hablemos en la tienda, hasta el amanecer si eso es lo que necesitas, o me callaré como una piedra si lo que quieres es silencio, pero, hazme caso esta vez y regresa conmigo o nos vamos a cubrir de mierda hasta las cejas…

Pink, -me dijo Roger arrancando a llorar- ¿Cuando escribes tus poesías, deja de dolerte el corazón?

   Roger lloraba, casi balbuceaba con cada sílaba pronunciada y aquella voz quebrantada me llegaba como un puñal adueñándose de mi estómago. Su pregunta guardaba muchas más vivencias compartidas de las que sus pocas palabras dejaban intuir. Roger y Pink llegaron aquella noche agotados a su tienda. Rozando ya con nuestras cabezas el frío del amanecer, aún tuve tiempo de coger mi libreta y mi inseparable Franbel Nº4 para escribir todo lo que aquella larga noche se merecía no terminar entre la nada.
¿Cuando escribes tus poesías, deja de dolerte el corazón? Me duele si no escribo lo que ahora mismo me haces sentir… escribo para no ser ese papel en blanco que no encuentra su historia, escribo para no olvidar ni ser parte del olvido.

-Enfermo de amor-

El amor, de pasión entreverado
en el andén miraba extrañado
fugaz, nuestro vagón desenfrenado
enfermo de tiempo, de horas saturado.

Corazón en soledad abandonado
ya no siente, en dolor cicatrizado
se muere sin olvidar el pasado
esperando el cáliz de su abrazo.

Dos de dos, ayer un río agotado
y hoy, dos de dos, eres luz y luna
en roca y abismo trasformado.

(JMPA Pink Panzer Korps 1981 recordando a dos de dos)

Pink Pearl eraser.jpg    Aclaración de PinkPanzerYorch: A pesar de ser la intérprete femenina del vídeo (Lara Fabian) la que llevó a esta canción a lo más alto con su inolvidable versión, en mi traducción y por respeto al texto original, el que narra la historia es un hombre. Primero porque fue un hombre (Serge Lama) el principal escritor de la historia (su propia vivencia personal) y primer interprete de la misma. En segundo lugar, porque fue en su voz cuando la escuché por primera vez a mis trece o catorce años, en un alucinante disco en francés que mi hermana mayor usaba para sus clases… y en tercer lugar y como me viene sucediendo desde el principio de mis tiempos, aquella noche en Los Pirineos, mi cerebro unió piezas, ató cabos y la canción regresó a mi memoria para intentar ayudarme a comprender a un corazón terriblemente enfermo de amor. Aquella noche murió un amor, nació una poesía y se forjó una indestructible amistad, aún viva en su ausencia.

«Je suis Malade»
Letra de «Je suis Malade» Traducción libre «poetizada» by Pink Panzer Yorch –

«He dejado de soñar, he dejado de fumar, ya ni siquiera tengo un pasado.
Soy feo sin ti, estoy sucio sin ti, como un huérfano desamparado.
Ya no tengo ganas de vivir mi vida, mi vida se detiene cuando tú te vas.

Ya no tengo más vida, e incluso mi cama es como una estación de tren cuando tú te vas.
Estoy enfermo, completamente enfermo, como cuando mi madre solía salir por la noche y me dejaba solo con mi desesperación.
Estoy enfermo, completamente enfermo, no se sabe cuándo llegas, no se sabe a dónde te vas… y van a ser dos años ya, que todo poco te importa.

Como a una roca, como a un pecado, estoy pegado a ti.
Estoy cansado, estoy agotado de fingir felicidad cuando están ahí.
Bebo todas las noches, y todos los whisky para mí tienen el mismo sabor, y todos los barcos llevan tu bandera, no sé a dónde más ir, en todas partes tú estás.
Estoy enfermo, completamente enfermo, derramo mi sangre sobre tu cuerpo y soy como un ave muerta cuando tú duermes.

Estoy enfermo, completamente enfermo, me has privado de mis cantos, has vaciado todas mis palabras, sin embargo yo tenía talento antes de conocerte.
Este amor me está matando, si esto continúa, moriré solo, sin compañía, cerca de mi radio como un niño idiota escuchando mi propia voz que cantará:
Estoy enfermo, completamente enfermo, como cuando mi madre solía salir por la noche y me dejaba solo con mi desesperación.
Estoy enfermo, eso es, estoy enfermo, me has privado de mis cantos, has vaciado todas mis palabras, y tengo el corazón completamente enfermo rodeado de barricadas… te oigo… estoy enfermo…»

«El amigo se ha de poseer en el corazón y el corazón nunca está ausente».

(Cartas de Séneca a Lucilio, Carta XXXIX)

Nota de Pink, palabra de Panzer: La palabra «Solitud» en el diccionario de la RAE.

Tus últimos versos… Las Flores del mal.

Elige bien tus últimos versos, ellos se quedarán para explicar como llegaste y si te fuiste en paz.

(JMPA By Pink Panzer Yorch)

EinsteinRelGeneral

Cinco Preguntas de Rebeldía

Un rebelde duerme

lejos de su casa

¿Vivirás esta tarde?

Y despierta, para no marcharse

con cualquier corazón robado.

Un alma rebelde escribe

con tinta rosa diluida en lágrimas

¿Escribirás esta tarde?

Y arruga el papel, para no contestarse

para no tener miedo

por el suelo que nunca ha de pisarse.

Un rebelde camina

con sus pies descalzos

¿Llegarás esta tarde?

La izquierda es el amor

la derecha, es la huella del arte

mis pisadas sobre la arena

como flores prohibidas, despreciadas

por el tiempo implacable,

en la orilla, por el mar borradas.

Un rebelde se revuelve

y un monstruo, en su lucha,

muerde el abismo en su almohada.

¿Morirás esta tarde?

Un rebelde guarda sus sueños

bajo el sudor de su espalda

y luego el mundo enmudece

y luego… luego la nada.

¿Estarás a mi lado mañana?

(JMPA Pink Panzer Yorch)

Belleza sin condiciones

«Pero el silencio es cierto.

Por eso escribo.

Estoy sola y escribo.

No, no estoy sola.

Hay alguien aquí que tiembla

(Alejandra Pizarnik)

El infierno blanco… Time to die.

   Aviso. Nombres y situaciones pueden no coincidir con mi realidad. Cualquier coincidencia es fruto de la desquiciada memoria del autor y/o de la simple casualidad dentro de esta historia.

— Pink Panzer presenta… «El infierno Blanco, Time to die». —

-. ¡No seas pelmazo, Günter! Que no está el horno para bollos… hazme el favor y ¡Mea en la botella de una puta vez!.

Que noooo, que no puedo, de verdad, ¡¡¡me da mucha vergüenzaaaa, que no me saleee…!!!

-. ¡¡Günter, por San Patrás bendito, que ya no somos unos críos y nos lo hemos visto todo en las duchas del Spa!!. Mira, hacemos una cosa; paro el coche, pongo un poco de música con mi teléfono, te concentras y ¡¡¡MEAS EN LA BOTELLA, ES UNA ORDEN!!!

– Hacemos otra cosa, Pink; Tú paras el coche, salgo un momentito y meo tranquilamente, sin presiones, ¿Ok?

   En algún lugar perdido del noreste de Europa, un vehículo todo Bering7tout terrainterreno con dos españoles a bordo, va camino de la base dormitorio muy cerca ya de las diez de la noche. Fuera del todo terreno no había nada especial a lo que no nos hubiéramos enfrentado en otras ocasiones. Un crudo día de invierno con una temperatura de 25º grados bajo cero y una moderada ventisca de unos 30 kms/h con rachas fuertes de 40 kms/h.

   Circulábamos lentos pero estábamos tranquilos. Depósito de combustible a tres cuartos de capacidad, enlace radio con la base funcionando y el GPS visualizando la señal de los satélites erráticamente, pero dando la posición, que era lo primordial. El parte meteorológico nos dice que la ventisca permanecerá estable, y lo más importante, seguirá nevando pero levemente.

   En estas situaciones, la experiencia cobra más valor que los simples conocimientos académicos. Habitualmente, yo llevaba en el coche las botellas vacías del agua de las comidas. No es lo normal pero en “determinadas ocasiones”, lo más cómodo y racional es orinar dentro del coche en una de esas botellas. ¡Meas, cierras con el tapón y listo, se acabó el problema!. Bering7

   El padre de Günter, alemán de nacimiento, se quedó a vivir en Tenerife, prendado de un “bellezón” canario de veintidós años. De semejante combinación salió un rubio de un metro noventa de estatura y más cabezón que una mula militar. Al final, la vejiga de mi compañero superó el tamaño de su cerebro y tomó el control de la situación como si de un personaje de The Walking Dead se tratase.

   Tengo que resaltar que, con -25 grados y un viento con rachas puntuales superando los 40 kms/h la sensación térmica se acerca peligrosamente a los -40/-45 grados. Con esa temperatura, la piel humana sin protección se congela en minutos, o en pocos segundos, dependiendo de otros factores, como la humedad. Salir del todo terreno era un atrevimiento pero Günter tenía que mear fuera, y no se podía razonar con él.

   Dentro del coche se soltó la cremallera del pantalón térmico, se puso el gorro polar, la capucha del chaquetón y un poco de crema protectora en la cara. Le di la vuelta al coche para orientarlo de forma que la ventisca no entrara por su puerta al abrirla y le dije de forma clara, escueta y concisa:

-. Ok. Sales. Te pones donde yo te vea, en la zona iluminada por el coche, meas y regresas como un rayo.

– Vale, vale, no te preocupes… de verdad, Pink, ni que fuera la primera vez…!!!

   Nada más salir, la fuerza de la ventisca le arrancó la capucha al muy lechón, por no ajustar los velcros del cuello, pero reaccionó rápido, solucionando la papeleta a pesar de llevar los guantes puestos.ECONOCHRIST - 1994

   Las luces iluminan a mi amigo en la cuneta que, después de pelearse unos largos segundos con el conjunto bragueta calzoncillo, me muestra la clásica nubecilla que forma el agua caliente cuando se congela al instante. Después de varios “nube-chorritos” más, veo lo que pensaba que no podía estar sucediendo. ¡¡No, no, noooo..!! Günter, que era un chico muy limpio, estaba sacudiendo alegremente su aparato arriba, abajo, izquierdas y derechas varias… ¡¡como si fuera un obispo bendiciendo palmas en el día de ramos!!.

   Le di cortes de luces y lo saqué de su “embobamiento” con repetidos toques de claxon.

-. ¿Pero que coño te dije? Serás bruto…!!! ¿a que esperabas? ¿a que un pingüino te trajera una toallita?

– Vale, vale, vale… tampoco ha sido para tanto. Venga Pink, ya está. Ya podemos seguir…

Mujer craneo regazo   A los pocos kilómetros empiezo a notar que Günter se mueve en el asiento y se le nota visiblemente incómodo. Hablo con él y me comenta una cierta picazón en su “aparato”. En cuanto él mencionó el picor, yo ya sabía que la habíamos cagado y tocaba ponerse serios. Paré el coche en mitad del camino y le dije muy enfadado:

-. No admito discusiones. ¡Saca ahora mismo la “chorra” que quiero ver como está.!

   Günter, con los ojos como platos no dijo ni “mu”. En el fondo sabía que había metido la pata hasta la ingle y entre algunos “uyuyuis y ays” de dolor, asomó su herramienta por la bragueta. Con el flexo de leer los planos, enfoque hacia la zona y ya vimos un prepucio a punto de gritarme, ¡auxilio, sálvame!. Con un color rojo irritado tirando gradualmente a un violeta /azul oscuro en el extremo, el futuro no pintaba nada bien para aquel pobre pellejo. Al momento cogí la radio…

-. Bering-7 a Base. 7.0 OK. 7.1 Herido leve con signos de congelación. Cambiamos ruta hacia Hospital Campaña…

   Con el conocimiento y permiso de nuestra base, cojo el plano y el TresGPS y trazo la ruta más corta, aprovechando algunos caminos ya conocidos para acortar tiempos y llegar cuanto antes a la carretera general que nos llevaría al hospital.

   Nos costó más de una hora apartando barro y nieve hasta que vimos las primeras luces de los coches circulando por la carretera. Una vez que accedimos a esta vía y ya circulando mucho más rápido, en apenas quince minutos nos plantamos ante la puerta del Hospital de Campaña. Una mezcla de hospital real y grandes tiendas militares adosadas a la estructura del edificio. Aquella era la tercera vez que lo visitaba y conocía muy bien a donde ir.

   La teniente Hanndorf (Erika para los amigos), una joven doctora y alemana de pura cepa, era novata en el hospital y ya se sabe lo que les ocurre a los novatos con la guardias. Así pues, no me resultó extrañó encontrarla otra vez, camino de las doce de la noche al mando del equipo de urgencias. Como ya sabían que llegábamos y también el motivo de la urgencia, solo nos quedaba explicar “donde” estaba la congelación. Para evitarle el lógico cachondeo que se iba a formar, aproveché la confianza que me daba el haber compartido más de un café con la Doctora Erika y le solté al oído en un chapurreado alemán… “im penis ist”.

   La teniente Hanndorf reaccionó de la mejor manera imaginable. Con perfecta cara de póker, hizo pasar solo a Günter a la sala de curas y despidió a los sanitarios en un buen inglés, diciendo que ya les llamaría en caso necesario.

   Después de ayudar a mi compañero a quitarse la ropa , me retiré a la salita de espera, separada simplemente por una puerta verde de dos hojas. Al parecer, después de la oportuna evaluación de daños, tocaba aplicar unos apósitos especiales para quemaduras… y ahí empezó el desastre.

¡¡¡Nein, nein, neeeeeeein…!!! Los gritos de la teniente me hicieron saltar de la silla.

¡¡¡ Setzen Sie Ihren Arsch auf dem Bodem, schon !!! Entré abriendo de golpe las puertas de la sala de curas, y esto fue lo segundo que le escuché a la muy cabreada teniente, que traducido al español viene a ser un imperativo “¡¡¡pon tu culo en el suelo, ya…!!!

   El aparato de Günter bien podría pasar por el cuello de un diplodocus en Parque Jurásico. Yo lo vi en reposo en los baños turcos del Spa pero no es lo mismo… Allí estaba él, sentado en el suelo con todo al aire y con una más que apreciable erección… de tamaño digamos sin exagerar, descomunal.

   Cuando te ves envuelto en una situación de tensión o estrés, lo más natural es que tu idioma nativo salga a relucir. A mí me ha pasado y Erika, era evidente, estaba notablemente alterada…

Gott, Ihr seid ein verwöhnter, mit dem Gehim eines Esels… Dijo la teniente mientras el frío del suelo en el culo de mi amigo le hacía bajar la hinchazón… “!!!Dios, es un mocoso con el cerebro de un burro…!!!” y no pude mas que darle toda la razón a la teniente, mientras para mis adentros pensaba en broma que de burro tenía algún atributo más a parte del cerebro.

   mi-primera-ereccionLa erección de Günter, ya pasó a tener repercusión (léase cachondeo) “global” en el Hospital y campamentos limítrofes. Semejante estiramiento del pobre pellejo, le causó tales daños que se hizo aconsejable, por prescripción facultativa, pasarlo a quirófano y hacerle una circuncisión “de campaña” convenientemente sedado, of course, no fuera que se pusiera firmes otra vez.

-. Pink, no lo pude evitar. Te lo juro, vaya cagada, lo siento mucho compañero… Cuando sentí sus manitas haciéndome las curas, algo se disparó dentro de mí y perdí el control…!!! Me confesaba Günter, ya operado, en la tranquilidad de su habitación del hospital.

   Günter ya no volvió conmigo. Del hospital lo mandaron directamente al calorcito de su casa, eso sí, después de pasar juntos prácticamente las 24 horas del día, siete días a la semana durante cinco meses en aquel infierno blanco.

   Eché de menos sus clases de alemán, su paciencia conmigo en sus clases de alemán, las risas en el coche conmigo intentando hablar alemán…Cruz mikko_luntiala 15326045430

   A mí aún me quedaba un mes comiendo barro y nieve y me asignaron otro compañero. Te adaptas. Cuesta mucho, pero las risas siempre vuelven.

   ¿Alguien a visto a un español hablar alemán con un perfecto “asento” canario/chicharrero? Pues yo sí…  y también he visto atacar naves en llamas más allá de Orión, he visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de las puertas de Tannhäuser… All those moments will be lost in time, like tears in rain. Time to die. 

(JMPA Pink Panzer Yorch).

(La última cita, es obvio que no es mía, extraída de la excepcional película de Riddley Scott, Blade Runner)

Dedicado a todos los que mueren lejos de su hogar, entre un mar de críticas desinformadas y la dolorosa incomprensión de una parte de su propio pueblo.

Be Brick… corazón de arena.

Pink Panzer Yorch Be BrickResulta inevitable. Unas veces es una frase, un sonido, un aroma que de inmediato dispara el resorte del recuerdo. Y un recuerdo llama a otro y cuando te quieres dar cuenta, ya has perdido tu enésima batalla en la guerra del olvido…

.

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BRICK

Y el corazón de piedra,

por no sufrir,

se hizo arena.

(JMPA Pink Panzer)

Si no puedes… empieza de nuevo.

«Si no puedes ser poeta, sé poema«
Lía con tus brazos, un nudo de dos lazos
Aroma de Olvido
Empezar de nuevo
con piel de acero
y aroma de olvido
Decir que quiero
tomar el desvío
del amor primero
Decir, en ti confío
cerrando los ojos
para caer al vacío
con piel         
       de acero 
y aroma de olvido.
(JMPA Pink Panzer) 
 
La confianza en nosotros mismos, hace más débiles a nuestros adversarios…
  
 

Trazos de acero… Acero en el pecho.

Mal te perdonarán a ti las horas:
las horas que limando están los días,
los días que royendo están los años.

(Luís de Góngora y Argote)

Trazos de mujer…
      Parece que el tiempo no pasa… pero no es verdad. Más de tres años han transcurrido desde que escribí los «Trazos» que hoy rescato en esta entrada del blog. Regresan desde el fondo oscuro de mi ordenador donde los dejé olvidados un caluroso día de julio. La distancia en el tiempo nos brinda una perspectiva diferente de las cosas, ni mejor ni peor, solo diferente.
   La reflexión de hoy es que la poesía, aún olvidada… evoluciona en el silencio. Los versos cobran vida y significado en tu interior. Entran como relámpagos por tus ojos, reaccionando con tus propios sentimientos y provocando otros nuevos. Ya no soy el mismo que era hace tres años y al leer mis propios versos, me doy cuenta que los fríos recuerdos han sustituido a las emociones más sinceras. Ahora los trazos son distintos, sin ningún valor, sin destino que los encadene con su clave. Quizás nunca lo fueron… de nadie.
 

(al segundo… TRAZOS  …siguiente) 

Desde mi joven horizonte
entre briznas de yerba
observo las formas donde
construir segura mi puerta.

Aprendo a entenderme
con mis ángulos agudos
que me hacen diferente
tan solo unos segundos.

Y al segundo siguiente
elevo decidida,
lentamente,
mi trazo…

Dibujando elipses perfectas
que alejan mis nubes negras,
imagino puertas abiertas,
rompiendo miedos y reglas.

Y en mi viaje,
un ángel me sigue
con dos corazones.
Uno fuerte que late por ella
y el otro que vive
justo pegado al mío,
cuando desfallece
y cansado se detiene,
si no encuentra su camino.

              Y al segundo siguiente
cruzando mi puerta
cerrando la herida,
elevo decidida
nuevamente,
mi trazo…
(JMPA Pink Panzer)
9.1.1 / 9.2.1 / 11.2.1 / 11.2.2 / 28.1.2 / 28.1.3

Bien podéis salir desnudo
pues mi llanto no os ablanda;
que tenéis de acero el pecho

y no habéis menester armas.

La emoción a flor de piel… Violín de silencios.

Si pudiera, te preguntaría por la última vez que un violín, consiguió transformar tu piel en un campo de espigas… Las emociones no tienen dueño que las retenga y mientras escuchas la música, tu respuesta llegará a mi corazón.

 ∼

Oblivion
Me enseñaste a escuchar, 
la música temblar
sobre tu pecho desnudo.
Me enseñaste a perdonar
 sobre tu piel pecar
sin espada ni escudo.
 
Enséñame ahora el olvido
violín de amor herido
Ayúdame a olvidar
tu sueño de amor prohibido.
(JMPA Pink Panzer) 

 ∼

Festina, mox nox